
En España hace unas semanas se lanzaba suspiros de anhelo ante los datos publicados en prensa del que se sabe que es el mejor sistema educativo en el mundo: el Finlandés. Muchos expertos afirman, y me atrevo a dar mi opinión al respecto diciendo que yo también lo creo así, que para conseguir un sistema educativo bueno se debe dedicar recursos,esfuerzo y ganas por parte de las administraciones para que así sea. A los profesores de este sistema que pretendemos sea magnífico, se les debe elegir entre los mejores y se debe fomentar su capacidad y su vocación...
En España, creo que todos lo sabemos, estamos a años luz de esto. Ni se invierte, ni se forma, ni se fomenta, ni se crean plazas que den cobertura a las bajas, a las jubilaciones, a nada. Eso sí, cuando año tras año se publican los nefastos datos que caracterizan la formación de niños y jóvenes en España, todos los políticos se echan las manos a la cabeza y afirman con gesto serio y responsable que esto se va a solucionar. Y esa decisión les dura lo que... un telediario.
Y debemos ver actos de demagogia política en inversiones en nuestro sistema educativo tan estúpidos como dar ordenadores portátiles a los niños, que se llevan a casa y que utilizan... yo no sé si para estudiar, pero a jugar sí que los dedican. No afirmo algo que supongo: afirmo algo que veo, porque a mi alrededor hay mucho portatil verde.
Eso sí, para idioteces sí hay dinero... porque me van a disculpar, pero lo de los ordenadores me parece una idiotez. Sí que deben haber ordenadores, claro, pero en las aulas y no en casa para jugar. Insisto, para banalidades demagógicas y electoralistas sí hay dinero, pero para convocar plazas de maestros y profesores, no. Para darles una cierta estabilidad y facilitar que lo que saben hacer lo hagan, para eso, no. Vemos cómo hay bajas y vacantes en los colegios e institutos que no se cubren... ¡¡en meses!! Y luego nos echamos las manos a la cabeza cuando los resultados de las valoraciones de nuestros estudiantes son pésimas. Demasiado buenas son para lo que vemos a diario.
De verdad, los políticos y gestores dicen que estamos en crisis y hay que ahorrar, pero ahorran justo donde no deberían hacerlo. Ni Educación ni Sanidad deberían ser partidas presupuestarias a recortar. Jamás. La Educación es una inversión, una inversión a largo plazo a la que se debe dedicar recursos y prestarle una atención continuada. Ya hablaré otro día sobre la formación universitaria de nuestros maestros...
Y muchos siguen anhelando el conseguir en España un modelo similar al sistema educativo Finlandés... ¡Es de risa! Permítanme una expresión coloquial: ¡pues no les queda ná!
Y, por ahora, nada más
No hay comentarios:
Publicar un comentario