Imagen perteneciente al Diario de León
No me gusta el mundo futbolero. Me parece un espectáculo que no fomenta muchos valores deportivos. A veces, vemos ciertos gestos de amabilidad y deportividad asilados... pero en sí mismos son noticia con respecto lo que supone las competiciones de fútbol un día y otro.
Bueno, este ambiente asqueroso, pesetero, competitivo, cuyos clubes gastan millones de euros de forma obscena para costear la ficha de un tipo cuyo único valor es darle a la pelota con acierto, mientras al fisco (ciudadanos que sí pagamos) le han escondido (robado) millones durante años y años..., es un mundo, para mí, patatero y poco edificante y nada de cultural, que evito todo lo que puedo. Hemos visto gestos miserables entre jugadores o entrenadores o entre el público... y ya no nos sorprende; sí, es triste: nos hemos habituado a la violencia generada en y por el fútbol. Pero queda en el mundo de los adultos.
Y sí, quizá estamos habituados, penosamente acostumbrados, a esto: embustes, golpes, insultos, equipos que se consideran ENEMIGOS IRRECONCILIABLES... ¡¡madre del amor hermoso!! Un ambiente, para mí, repugnante que fomenta el odio y la violencia... no hay más que ver cuando se habla de «partidos de alto riesgo». Esto no es deporte, me lo diga quien me lo diga.
El pasado fin de semana, en un partido de fútbol de niños, ¡¡niños!! un imbécil, un badulaque miserable y descerebrado agredió a un árbitro de 16 años... Ese imbécil agresor es, quizá, el padre de alguno de los pequeños que jugaba... Se supone que a su hijo le educa. Se supone que le inculca valores positivos como la deportividad, el respeto, la amistad, la generosidad, el altruismo... ¿se supone o más bien este animal da ejemplo a su hijo para que se comporte como otro animal en el campo y en la grada? ¿Qué se le pasa a un cretino de este tipo por la cabeza al agredir a UN MENOR porque no le gusta como arbita un partido ENTRE NIÑOS DE 8-10 AÑOS?
¿Esto os deja impasibles?
¿Os da igual?
¿Le encontraís una explicación lógica?
¿...?
Pues bien: este tipo miserable, este agresor despreciable casi deja ciego de un ojo a un menor de 16 años... La gravedad de las heridas no hace peor el acto en sí. Aunque «sólo» le hubiera dado una colleja... aunque «sólo» le hubiera insultado, este badulaque se habría dibujado a sí mismo con vivos colores ante la grada, ante los jugadores, ante su hijo, ante todos nosotros. Este señor es el educador de los futboleros del mañana: personas que se enervan en el campo, que gritan barbaridades, que sueltan violencia en sus palabras, en sus actos; que lloran con desesperación cuando su equipo pierde y que consideran enemigo al rival en un partido de fútbol, un «algo» que se supone deporte, amistad, rivalidad sana y diversión. No, miserables de esta ralea ven al otro un enemigo a combatir, a agredir... Esperemos que estos ignorantes sociales sientan igual rabia ante los recortes en derechos sociales, ante los recortes en sanidad, educación... ante la pobreza y desesperación de los desahuciados... Ojalá, todas estas injusticias movieran tantas conciencias y personas a la calle como es capaz de conseguir el fútbol y su rancio ambiente no-deportivo.
Por cierto: que el equipo El Bosco pida disculpas no sirve de nada. CREO QUE AL EQUIPO al que sigue este AGRESOR, SE LE DEBERÍA ECHAR DE LA COMPETICIÓN ESTE AÑO... ya verías como muchos otros ogros se lo pensarían antes de gritar burradas o de golpear a nadie en pro de unos colores. Si tanto les importa el fútbol, se lo pensarán antes de dejar salir su verdadero yo.
Y creo que el mundo del fútbol debería autoanalizarse y hacer una introversión seria buscando todo lo que pueden mejorar y cómo. Los periodistas deportivos tienen mucho que ver en su forma de valorar los actos del fútbol, sacándolo de su contexto deportivo y trasladándolo a la sociedad con una trascendencia que nunca debería haber llegado a tener. Que los pre y post-partidos, que los programas de fútbol duren horas en la parrillas de TV y radio, que la información de fútbol en Telediarios dure más que cualquier otro bloque dice mucho de la culpa que ellos tienen de todo lo que está pasando hoy día. Piensenlo...
Ahhh, y yo soy del Rayo Vallecano, le tengo cariño, me gusta su carisma y me gusta cuando gana. Pero no insulto ni pego ni lloro cuando pierde... El deporte es otra cosa. Lo miro como una simpatía hacia mis orígenes, de mi barrio de Vallekas al que adoro y llevo a gala allá por donde voy. No perdamos las perspectivas y pongamos al fútbol donde debe estar y de donde nunca debería de haber salido. Este jueves juega el Sevilla contra el Betis... a ver qué pasa y qué dicen los periodistas, esos que tanto caldean el ambiente.
Y, por ahora, nada más. Besos miles.