domingo, 24 de octubre de 2010

El alcalde que la... fastidió

El alcalde de Valladolid, el inefable Javier León de la Riva, el otro día haciendo un derroche de mal gusto, sexismo, machismo y, yo creo que, misoginia, hizo unas declaraciones con respecto a la nueva Ministra de Sanidad, Leire Pajín, que fueron denostadas por todas las personas de bien, por las personas que se pueden declarar a sí mismas razonables y correctas.
Eso sí, Mariano Rajoy no ha dicho esta boca es mía... Como líder del PP y aspirante a la presidencia de este nuestro país, debería haber dicho algo, reñir al alcalde, darle unos cachetes morales en los «morritos» y decirle que eso no se hace. Que a las mujeres hay que respetarlas.
Pero el señor Mariano Rajoy, el del puro, no ha dicho nada. Nada de nada.
¿Qué pensarán las mujeres del PP del señor Rajoy? Algunas ya han dejado caer, con buen criterio, que las palabras del alcalde de Valladolid son una patochada, algo deplorable y un insulto.
¿Si el señor Rajoy no riñe al señor alcalde de Valladolid supone que no le parece mal que haya dicho esas cosas tan insultantes de una mujer? ¿Es, por tanto, tan machista como el inefable Javier León de la Riva? ¿Si tolera este tipo de insultos machistas por parte de los que conforman sus filas, debería este señor tener acceso a la presidencia de este país? ¿No es un delito, aunque sea menor, lo que ha cometido el señor Javier... y el que tolera o permite un delito, su cómplice?
Insisto, ¿qué piensan las señoras del PP de todo esto?
¿Y que piensan los votantes del PP?
¿Votarán a un señor como este... a Javier y a Mariano en las próximas elecciones?
¡Ay, que no sé qué pensar!
Eso sí: el desplante por parte de la Ministra de Cultura y de los artistas en la Seminci de Valladolid me ha parecido muy, muy acertado. ¡Ya está bien de todo eso que se llama políticamente correcto!
Y, por ahora, nada más

2 comentarios:

Raúl Peñaloza de Moure dijo...

El que calla otorga. Sin más.

Lola Montalvo dijo...

RAÚL: pienso lo mismo que tú. Dice mucho de el Sr. Rajoy el hecho de que no haya dicho nada.