lunes, 8 de noviembre de 2010

El Papa

Por fin se ha acabado la inefable visita del Papa.
A los que no nos convencía tanto dispendio, tanto derroche, se nos «vendía la moto» del negocio que se generaría alrededor de tal visita y los beneficios que esto procuraría. Pues ni eso.
Este hombre, que se cree el representante de Dios en la tierra, que se cree tocar el cielo con los dedos, ha aprovechado su innecesaria visita para lanzar varias bombas en forma de mensajes a la sociedad española. Que si el matrimonio entre homosexuales, que si el aborto, que si somos laicos, que si la familia...
¿Por qué este señor se cree con el derecho de decirnos lo que debemos hacer si la sociedad española se dice laica? Espero que el Papa sepa que en España hay muchas otras confesiones y que como representante de una religión en concreto no tiene derecho a marcar las directrices morales por las que debe regularse una sociedad en la que predominan los descreídos, los agnósticos y los ateos, por mucho que hayan sido bautizados en la fe católica. La culpa de tanta falta de fe la tiene la misma Iglesia.
¿Cómo nos pueden ellos marcar pautas morales si mucha de la actual inmoralidad mana de sus filas de señorones acomodados? ¿Cómo pueden hablar de generosidad si sólo con uno de los ropajes del Papa se daría de comer al continente africano entero? ¿Cómo pueden hablar de generosidad y de tolerancia si ellos mismos son homófobos, machistas y misóginos sin intención alguna de cambiar? ¿Cómo pretenden que las mujeres sigamos sus palabras si nos relega con sus homilías a la cocina y al cuidado de nuestros maridos?
Menos mal que la Iglesia católica no son sólo ellos. En sus filas hay cientos de personas, hombres y mujeres, que de forma anónima y humilde, con sinceridad y con dedicación siguen al pie de la letra las palabras de Jesús: ayuda al prójimo, renuncia a las riquezas, generosidad...
Yo no creo en el dios de oropel que me pinta el Papa y los que con el van de un lado a otro con todo tipo de lujos y de riquezas. Yo creo en un Dios humano, cercano, que sabe de los problemas de las personas sencillas.
Yo me quedo con el mensaje original que en su día nos dieron.
Ellos, el papa y los suyos, hace tiempo que lo olvidaron y lo han rebozado por el barro de su codicia... utilizando palabras gráficas al estilo papal. Seguro que las entienden.
Y, por ahora, nada más.

2 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Y te parece poco, con lo descansadita que te has debido de quedar.
En muchas cosas podríamos estar de acuerdo, en otras evidentemente no.
Un beso

Lola Montalvo dijo...

MIARMA: por supuesto que soy consciente que quienes lean esto no tienen por qué estar de acuerdo conmigo. Es mi opinión que pretendo plasmar sin ánimo alguno de ofender. De todas las «flores» que ha soltado el Papa en su visita voy a destacar una: el papel que le concede a la mujer en la sociedad... Más machismo y explota. Por supuesto el sitio donde me encuentro, donde se encuentran muchas mujeres hoy día, no me lo ha facilitado ni él ni muchos como él. Sólo con esas palabras rancias y retrógradas ya muestra de qué color pinta él y toda su corte.
Muchas gracias Rafael por visitar este blog y opinar. Gracias por darle vidilla. Un abrazo y besos miles.