viernes, 27 de agosto de 2010

En la mina...

No puedo dejar de pensar en los mineros de Chile que están a 700 metros bajo tierra. No puedo quitarme de la cabeza sus rostros llenos de hollín y sus ojos llenos de miedo. No puedo dejar de pensar en que deben de estar ahí metidos durante meses, a oscuras, sin luz de sol, sin aire limpio en sus rostros...
Dicen que está animados y que la esperanza les hace ser optimistas.
Graban vídeos para sus familias en los que les mandan mensajes y les dicen que no penen, que está bien y que no les decae el ánimo.
Debe ser terrorífico estar ahí metidos, presos, sin saber si todo irá bien.
Han recibido ayuda de ingenieros estadounidenses, de la NASA, creo, que estudiarán la forma de vencer los riesgos para poderlos sacar de esa cueva con vida.
Y me viene a la cabeza, sin poderlo evitar, la canción de Víctor Manuel.
Deseo, con todo mi corazón, que puedan salir pronto, que cuanto antes puedan regresar a sus casas, con sus familias y pensar que todo lo sucedido ha sido una mala pesadilla.
Mientras, no puedo dejar de imaginarme sus rostros llenos de hollín, sus ojos llenos de miedo...
Y, por ahora, nada más.

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