miércoles, 12 de marzo de 2014

El EGO de un siervo de... ¿Dios?

Imagen perteneciente a El Diario

Ayer, 11 de Marzo, se recordó el horripilante atentado que hace ya 10 años se llevó de forma injusta la vida de cientos de personas en las estaciones de cercanías de Madrid... se llevó a los que murieron, pero también mutiló la vida de los heridos y de los seres queridos de las víctimas. No voy a entrar más en este tema que ya bastante dolor hay... sólo decir que ayer, hoy, siempre, mi corazón está con todos y cada uno de ellos.

      Ayer, por primera vez, las distintas asociaciones de víctimas se tomaron de la mano y fueron todos a una para mostrar una dolorosa situación que sobrellevan desde ese espantoso día y que por motivos políticos -no fueron de otra índole, digan lo que digan- se veían incapaces de tender puentes y caminar juntos. Pero ayer lo hicieron y me alegro de ello.

      Ayer, también, fue la despedida del Señor del Anillo, Rouco. El vice-papa, como le llaman en algunos medios, ofició una misa católica para recordar a las víctimas y dio un discuro -no fue otra cosa, la verdad- más propio de un mitin electoral que otra cosa. Este señor se despidió dejando claro que «...desprecia el nivel de los políticos..» ¿El nivel de los políticos, señor Rouco? ¿Y qué me dice del nivel de los obispos y toda la jerarquía eclesial española frente al sufrimiento en general, sus reiterados insultos homófobos y machisto-misóginos, su avaricia fiscal y monumental -apropiándose de la Mezquita de Córdoba, v.g. o negándose a pagar ciertos impuestos-, su falta de colaboración con los necesitados, el encubrimiento a la pederastia reiterada en el seno de su iglesia...? 

      Como escribe un columnista en El País, Rouco dice «...No a los métodos anticonceptivos, en 1968; no al divorcio, en 1977; no a la Constitución, en 1978; no a la intervención del Estado para promover la educación ética de los españoles; no a la despenalización del aborto... Rouco se despide como llegó: con dardos contra el poder civil, que querría sometido al eclesiástico, católico por supuesto. Esta vez, sin embargo, la execración ha sido exageradamente convencional, uniéndose al coro que equipara en el desastre a toda la (mal llamada) clase política. “El nivel intelectual del discurso público es más bien pobre, afectado por el relativismo y el emotivismo”, sentenció.»

      Como pueden ver Rouco, en su discurso, tuvo el valor de criticar a otros, porque de otros es siempre la culpa; encontramos en El Diario.es: «...el cardenal de Madrid ha denunciado la "mezquindad" de los autores para asesinar y conseguir sus fines: "Con una premeditación escalofriante estaban dispuestos a matar inocentes a fin de conseguir oscuros objetivos de poder". "Porque hay individuos y grupos, sin escrúpulo alguno, que desprecian el valor de la vida humana y su carácter inviolable, subordinándolo a la obtención de sus intereses económicos, sociales y políticos. ¡Siempre tan mezquinos!", ha lamentado

      Sí, ayer Rouco, en su despedida de la Conferencia Episcopal, tuvo enormes dosis de #ego cristiano, dando lecciones a los demás o creyendo que lo hacía, la verdad sea dicha. Porque los que leemos a diario los diversos periódicos y vemos los diferentes informativos de TV y escuchamos más de una emisora de radio y no precisamente la COPE, ya sabemos de qué pecadillos adolecen tanto Rouco como su Conferencia y mucha de la cúpula jerárquica. Y la falta de caridad partió, incluso, de la puesta en escena del acto de ayer... En la catedral de la Almudena, la sede social de cierto grupo intraeclesial radical, sin invitar a representantes de otras confesiones, porque para Rouco no hay otra religión verdadera ni a tener en cuenta que la católica, la suya. Y si se debe de orar por las almas de las víctimas muertas, sólo se debe orar por las de los católicos... el resto de confesiones o el deseo de los ateos quedaban fuera de los horripilantes muros de una catedral que es fea porque los que la dirigien la hacen fea, fría y egoísta.

En el horripilante atentado del 11M murieron o quedaron mutiladas física o psicológicamente cientos de personas y sus familias, sus seres queridos. Pero a Rouco y su egodeismo sólo le interesan los muertos católicos. ¡Viva, su ego...! grito y me río con una enorme amargura. No critique tanto señoría, o como se le llame a usted y a los suyos..., y haga un poco introspección. Si lo hace de verdad, estará conmigo en que debe limpiar un poquito algunos lamparones de su superYO... bastante crecidito, por cierto. Haga un poco de caso de su papa Francisco, al que no adoro, pero respeto por los mensajes realmente cristianos que lleva ragalando al mundo desde que lleva las sandalias del pescador. Algo me dice que él no habría celebrado una misa en la caverna del opus ni sólo con católicos y ritos católicos. Algo me indica que, junto a él y sin prestar resalte a ninguno por encima de los demás, habrían estado representantes espirituales de todas las confesiones de las víctimas, desde musulmanes a judíos, protestantes, a budistas a ateos... ¡¡¡Amigo, tiene usted tanto que aprender de los que vienen tras de usted!!! 

Y, por ahora, nada más.

2 comentarios:

CreatiBea dijo...

El ego de este individuo es tan grande, que le hace sombra. Es más, creo que ha estado tan bien alimentado, en algún momento, se comió al humano.

Ahora el personajillo lo pasará mal, pero mira, me alegro.

Y seguro que Francisco también se alegra.

Mil gracias por participar de nuevo Lola.

Y desde aquí un abrazo para las víctimas de ese horrible atentado.


María Luz dijo...

Lola, como buena enfermera tu ojo clínico no falla... nunca mejor representado el "ego" que en la cristiandad. Y digo cristiandad, refiriéndome especialmente a la clase clerical, porque el cristiano que realmente lo es, sigue de cerca y en silencio los pasos de su maestro, Cristo, y por lo visto este sr. está a años luz siquiera de parecérsele un poco.
Lamentablemente esto no es nuevo porque Jesús denunció a los líderes religiosos de su tiempo llamándolos hipócritas, prole de víboras y sepulcros blanqueados debido a que en apariencia (Ego) estaban limpios, sin embargo por dentro escondían toda suerte de inmundicia.
También dijo que todas sus obras las hacían para ser vistos (Ego). Por ej. se ponían en las esquinas de los caminos anchos al orar para que otros los vieran y copiaran su 'devoción'. También condenó la costumbre que tenían de tocar trompeta antes de ofrecer una dádiva, con el mismo objetivo, recibir alabanza de parte de los hombres (Ego) y no sigo porque tengo otros asuntos que atender y el tema da para largo y es irritante.
Desde el momento que en la guerra, cristianos de un bando son bendecidos junto a sus armas para matar a cristianos del otro bando, de ahí para abajo, se puede esperar cualquier cosa.

Dejo mis condolencias por todas las víctimas de aquel horrible atentado que aún 10 años después sigue causando tanta perplejidad.


Cariños!!